"Arrancaron Nuestros Frutos
Cortaron Nuestras Ramas
Quemaron nuestros troncos
Pero no pudieron matar nuestras raíces."
Yo desconfió, y aconsejo desconfiar, de los hombres de madera. El Popolvub, el libro sagrado de los mayas, cuenta que los dioses hicieron unos hombres de madera, a modo de ensayo, pero no funciono: los hombres de madera se parecían al hombre, pero no tenían sangre ni aliento y por lo tanto desaliento.
"Cuando los dioses les ordenaron a los nuevos seres que hablaran y gritaran segun su especie en alabanza suya, resultó imposible que los animales entendieran y hablaran. Así fueron condenados a vivir en los peñascos y barrancas, a comerse unos a otros. Los dioses necesitaban seres que les rindieran culto. Entonces decidieron construir al hombre... Emplearon primero tierra, pero el resultado no les satisfizo porque se ablandaba y desmoronaba, por no decir que aquellos hombres no les entendían ni tenían conciencia; y así, usaron la madera. Los hombres de palo podían hablar y reproducirse, pero no tenían alma ni entendimiento; andaban a gatas, no tenían sangre, eran resecos y amarillentos.
Y aquellos hombres resóltaron muy imperfectos, pronto se olvidaron de los Espíritu;s del Cielo que los habían creado y su comportamiento rebelaba falta de sabiduría."
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