Como se habrán enterado por los medios un grupo de 14
miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) liderado por EE. UU. y
la UE (27 países considerados como una entidad) emitieron duras quejas hacia
Argentina por el proteccionismo comercial, es decir, por las restricciones a las importaciones a
través de las licencias no automáticas de importación, las declaraciones
juradas anticipadas, e instó a que las elimine. Es importante hacer hincapié que el documento
que se expidió no es actualmente una “denuncia” como se asevero en algunos
matutinos, sino que es una queja
informal dentro del foro, lo cual no
quita que posteriormente se inicie una denuncia.
En efecto, dentro de esta imputación que nos hacen sustentada
en “obstaculizar el libre comercio”, en
realidad no hacen más que poner de
manifiesto la fuerza que hacen los países desarrollados por suprimir los
controles comerciales de los países periféricos, para inundarlos con su
mercantilismo, sustraer sus divisas, y exportarles
su crisis. Lo curioso de este dilema es que según los
datos publicados por el Ministerio de Economía y el G20, revelan un crecimiento
exponencial de las importaciones argentinas en los últimos años, tal es así que en 2009 las importaciones en Argentina fueron de 38.786 millones de
dólares, en 2010 de 56.501 millones de
dólares y finalmente en 2011 de 73.922 millones de dólares. La demanda existe
pese a este importante crecimiento de las importaciones y al déficit comercial
bilateral entre nuestro país y EEUU que durante el año pasado superó los 3.500
millones de dólares. Por el contrario, con la Unión Europea el superávit
comercial alcanzó 2.147 millones, si bien en diciembre pasado se reconoce un
déficit de 148 millones. Otra peculiaridad
es que los dos países que más veces han sido denunciados por el “crimen” del
proteccionismo son los Estados Unidos con 114 casos y la Unión Europea con 70 (sus
prácticas están siendo analizadas actualmente por tribunales) casualmente, los
que impulsaron la declaración sobre el demandado, en tan solo en 17 oportunidades. Llama todo
tanto la atención.
|
Países miembros de la OMC |
A todo esto que corno es y quiénes son estos tipos de la Organización
Mundial del Comercio? La OMC es una entidad supranacional, la cual funciona
como un foro de negociaciones
comerciales multilaterales cuya función principal es administrar los acuerdos
comerciales negociados por sus miembros, administrar los procedimientos de
solución de diferencias comerciales (disputas entre países) y supervisar las políticas comerciales. La OMC
fue fundada en 1995, en plena vigencia del sistema neoliberal, sisi, el mismo paradigma que pretendía
reducir al mínimo la intervención estatal en materia económica y social,
defendiendo el libre mercado capitalista (o ley de la selva)como mejor garante
del equilibrio institucional y el crecimiento económico de un país, suena
irrisorio lose. Como un grupo de empresarios pudientes que priorizan sus
propios intereses van a asegurar la
institucionalidad y posicionarse en el rol que debería ocupar el estado? Ah me
olvidaba algo, nuestra bondadosa tutelar coopera con el Banco Mundial y el
Fondo Monetario Internacional, para lograr una mayor “coherencia” entre la
política económica y comercial mundial, que tipa genial, estoy maravillado,
todo en uno.
Entonces recapitulemos.. Coopera con las mismas organizaciones que nos
convencieron, dentro de un modelo neoliberal, que lo mejor para el país
pasaba por privatizar, importar,
extranjerizar, desregular, abrir, flexibilizar, endeudar, renunciar, indultar,
y olvidar.
Por si todo esto fuera poco la OMC es la sucesora de otro querido
organismo: el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), todos
nos preguntaremos ¿para qué fue creado? Singularmente para regular la economía
mundial después de la Segunda Guerra
Mundial, que incluía la reducción de aranceles y otras barreras al comercio
internacional, en otras palabras una precursora del neoliberalismo. Hay que sincerarse estas entidades son hijas
del neoliberalismo y como todas hijas
herederas, fueron erigidas para mantener
el status quo preponderante de las grandes potencias, sojuzgar, vender
espejitos de colores nuevamente, y subordinar económicamente a los países en vías de
desarrollo sometiéndolos al semicoloniaje.