domingo, 21 de julio de 2013
Siempre elegi pelear contra lo imposible
Siempre elegi pelear contra lo imposible.
En que ojos buscarias la luna si debieras hallarla.
¿podrá esta ciudad oscura teñirte el alma?
No hay remedio, no hay doctor,
no hay crucifijo para este amor...
sanan todos mis males al ver tu calma.
¿podrá esta ciudad esclava amarrarte el alma?
jueves, 18 de julio de 2013
Flexibilización laboral en Grecia
El Parlamento griego aprobó hoy una nueva ley que contempla el despido masivo de 4000 funcionarios en 2013 y 11.000 más para 2014. Dicho despido es sustentado por la troika –el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea-, la cual estableció el despido como condición necesaria para un rescate financiero y la posterior continuidad de este tipo de ayudas económicas.
Además de esto, cabe destacarse que la ley sancionada dictamina que 25.000 empleados públicos deberán entrar este año en el esquema de movilidad laboral, la mitad de ellos antes de septiembre. Este sistema establece que esos empleados públicos cobrarán un 75 por ciento del básico de su salario durante un período de ocho meses, al final del cual se decidirá si son reubicados o despedidos de forma definitiva.
En términos generales, el oficialismo griego sostiene enfáticamente y sistemáticamente, desde el inicio de la crisis griega, que la recesión de su economía se verá mermada con las actuales políticas. En mi opinión es un disparate tratar de mitigar la recesión con medidas de flexibilización laboral, de ajuste al gasto público, de políticas de endeudamiento orientadas a pagar las deudas contraídas pretéritamente. En otras palabras, pagar deuda con más deuda. ¿Cómo es posible que una economía que no crece, aumente con políticas que sólo fomentan , propugnan y propician medidas que contraen el desarrollo del país?
Abonando lo precedentemente mencionado, me suena irracional los postulados que se esgrimen por parte del oficialismo griego en congruencia con la ortodoxia neoliberal. Primero porque el mero hecho de despedir a distintos empleados públicos no sólo implicaría, en las cuentas del Estado, una cantidad menor de dinero que proporcionar al gasto público. Si no que también tácitamente se sobreentiende que los operarios despedidos, por su condición, no poseen, en el peor de los casos, poder adquisitivo para su subsistencia. Si estas políticas se exacerban, no se mesuran o moderan, como es en el caso de Europa, las consecuencias son previsibles. Traduciéndose indefectiblemente, en el aumento de la tasa de desempleo, y una contracción económica del país debido principalmente a que si cada vez se flexibilizan más operarios, la demanda de los productos tanto en los sectores privados como estatales disminuirá consistenmente, y de esta forma, propiciamos la recesión.
Segundo, pagar una deuda externa con más deuda, es como “el cuento de la buena pipa”, particularmente para mi subjetividad, y creo que la de todos, es una desmesura, un agravió contra todo lo superfluo e innecesario, porque esto desborda todo aquello. Trasgrede el límite de la cordura. Simplemente inconcebible alimentar intereses con los cimientos de la cosa pública. Al margen de lo dicho, las políticas de endeudamiento generalmente traen inherentemente con ellas, directa o indirectamente, condicionantes impuestos por los organismos que otorgan los empréstitos sobre el país que los recibe. Por consiguiente, se da en el país que contrae la deuda una suerte de gobierno tutelar, de gobierno títere, un estado de desgobierno, de sustracción de la soberanía popular que fue legitimada por los comicios electorales, en el sufragio universal. En otras palabras se crean lazos de sujeción que coaccionan, disgregan, y delegan el ejercicio del poder, transferido por el electorado, por el pueblo en su condición de titular del poder, a organismos supranacionales, como el FMI, el Banco Mundial, el Club de París, etc. La usura materializada en organismos.
Creo que las estadísticas son bastante elocuentes de ello:
En cuanto a Italia, Según datos difundidos ayer por el Banco Central, el Producto Interno Bruto (PIB) no sufrirá una baja del -1 por ciento en el 2013, como había sido previsto por los organismos financieros hasta ahora, sino que la situación será peor. Se estima casi el doble, es decir -1,9 por ciento. Según el Boletín del ente financiero, se hizo necesario rever la cifra debido a algunos problemas que marcaron el ritmo de la economía en la primera mitad del año, sobre todo los escasos y lentos intercambios internacionales y los problemas en el mercado del crédito, que han retrasado la salida de la economía de la fase recesiva.
En 2012 el número de pobres habría llegado al 15,8 por ciento de la población, cuando en 2011 era el 13,6 por ciento. Se trata de una cifra record, la más alta desde 2005. Y entre estos pobres, dicen los expertos, hay no sólo obreros sino también empleados simples y de un cierto nivel.
En conclusión: el mundo es un quilombo. Un abrazo.
martes, 16 de julio de 2013
Máximas de Sarmiento
Domingo F. Sarmiento, por las penurias de su hogar sanjuanino, estaba más cerca de las clases bajas que de las altas. Su concepto de “barbarie” alberga un sentimiento de menorvalía social.
A través de Sarmiento puede reconstruirse la concepción
histórica de la oligarquía. Dejando de lado los juicios eventuales de Sarmiento
–sus famosas contradicciones-, abstrayendo de su obra escrita lo típico y
generalizable, la oligarquía argentina surge diáfana con los valores de clase
que sustentan su visión del país.
Sarmiento no fue un demócrata. Fue un liberal
reaccionario y su aptitud frente a los caudillos encaja sin rendijas con su
opinión sobre la clase obrera europea. Sarmiento es la personificación más taciturna
del liberalismo conservador de América Latina. Hijo de la Restauración y del
reaccionarismo ideológico que encontró su réplica en los levantamientos proletarios de 1848 y
1871: “La experiencia de medio siglo de
ensayos constitucionales ha rechazado como irrealizables y desnudas de todo
fundamento, las doctrinas de Rousseau y otros utopistas del siglo pasado”. Lo
que rechazaba son los sedimentos revolucionarios de la Revolución Francesa, que
al pasar a las masas, se convirtieron en reivindicaciones democráticas del
proletariado europeo. Siempre contra el pueblo, plagiando sin vuelo de
pensamiento a Carlyle, adhiriendo a la escuela individualista de la historia.
Carente de visión nacional propugno la fragmentación del territorio
argentino. Fue partidario de Francia e Inglaterra cuando durante Rosas, en la
vuelta de obligado, el país era
agredido. En Argirópolis, durante su
presidencia se entregaron los ferrocarriles argentinos que eran prósperas
empresas nacionales, a los ingleses.
El adulador de Inglaterra que aconsejaba la
introducción en América de pastores metodistas y la fundación de
iglesias protestantes de espaldas totalmente a las tradiciones de Hispanoamérica.
Algunas de sus máximas invisibilizadas, convenientemente,
por la historia oficial mitrista (casualmente Sarmiento era el amanuense de
Mitre):
Sobre su encuentro con el Papa: “con que voluntad
cumplí con el ceremonial que
prescribe hacer tres genuflexiones hasta
besar los pies de Su Santidad. Me retiré después de haberle besado la mano que
me tendía para evitar que me postrase por segunda vez”
En las farsas electorales de su tiempo dirigió personalmente
el fraude, persiguió, encarcelo: “Bandas de soldados armados recorrían las
calles acuchillando y persiguiendo a los opositores. Tal fue el terror que
sembramos entre toda esa gente, que el día 29 triunfamos sin oposición. El
miedo es una enfermedad endémica de ese pueblo.
Esta es la palanca con que siempre se gobernará a los porteños, que no
necios, fatuos, y tontos”.
¿No es Sarmiento el más indudable degollador de gauchos, y
propagandista literario del degüello?
¿No han circulado, acaso, en América Latina sus cartas al general Mitre,
otro “semidiós” del Parnaso oligárquico, en las que aconseja que “no ahorre
sangre de guachos que es lo único que tienen de humano”? En su favor, es
preciso reconocer que fundó la Sociedad Protectora de Animales, entidad que aún
subsiste, pues el célebre educador era más compasivo con los perros que con los gauchos.
En otra carta a Mitre
sobre la las clases populares y los guachos: “tengo odio a la barbarie
popular. La chusma y el pueblo gaucho
nos es hostil. Mientras haya chiripá* no habrá ciudadanos. ¿Son acaso las masas
las únicas fuentes de poder y legitimidad? Usted tendrá la gloría de
restablecer en toda la República el predominio de la clase culta anulando el
levantamiento de las masas”. Detrás de esta fachada de la cultura como
privilegio de una minoría, se propugna una concepción reaccionaria de clase
contra el pueblo. No pensaba así Darwin del gaucho: “Extraordinariamente
generoso, humano y hospitalario y muy modesto al mismo tiempo consigo mismo y
el país, extremadamente audaz y valiente, jamás grosero e inhóspito”
En el Facundo, libro admitido por el mismo Sarmiento como
apócrifo, es palpable su posición frente a las masas. En cuanto al aspecto
formal de la democracia, tampoco le interesó. A raíz de las elecciones de 1857
escribió: “Los gauchos que se resistieron a votar por los candidatos del
gobierno fueron encarcelados, puesto en el cepo, enviados al ejército para que sirvieran en las fronteras
con los indios y muchos de ellos perdieron el rancho, sus escasos bienes y
hasta su mujer”
Odio todo lo americano. Al indio y al gaucho. Sobre el indio, aconsejaba que
debía asesinarse a sus hijos, pues ya de pequeños “tienen el odio instintivo al
hombre civilizado”
En lo que concierne a
las invasiones inglesas, su extranjerismo mental se enterizo. Se lamentó
siempre de que las invasiones inglesas hubiesen sido rechazadas. Estas ideas
tenían antecedentes en Carlos María de Alvear, que llegó a implorar el
protectorado de Gran Bretaña a fin de que estas provincias “se abandonasen sin
condición alguna a la generosidad y buena fe del pueblo inglés”. Por añadidura,
es preciso resaltar, que en el momento en que Argentina estaba en guerra con
Francia e Inglaterra, invitaba a la expansión europea sobre la misma Patagonia
con la teoría de que figuraba en el mapa como
“tierra no ocupada”. También la ocupación de las Malvinas por Inglaterra
le parecía conveniente a “la civilización y al progreso”
“Y seamos francos –escribe Sarmiento- , no obstante que esta
invasión universal de Europa sobre nosotros es perjudicial y ruinosa para el
país, es útil para la civilización y el comercio”
Para Sarmiento, en su obsecuencia anglosajona, Estados
Unidos es el único país culto que existe sobre la tierra. En carta a María Mann
dirá: “con emigrados de California se está formando en el Chaco una colonia
norteamericana. Puede ser el origen de un territorio, y un día, de un estado
yanqui (con idioma y todo). Con este concurso genético mejorará nuestra raza
decaída”. Pensó crear una escuela yanqui en San Juan. Era uno de sus tantos
timos. Una manera de cortejar a una nación extranjera. He aquí el patriotismo
de Sarmiento.
Ya en Chile enaltecía las virtudes de las clases coloniales:
“Es un bien la oligarquía chilena formada por la clase pudiente e ilustrada”
Sobre los pobres, mendigos y huerfános: "Si los pobres
de los hospitales, de los asilos de mendigos y de las casas de huérfanos se han
de morir, que se mueran: porque el Estado no tiene caridad, no tiene alma. El
mendigo es un insecto, como la hormiga. Recoge los desperdicios. De manera que
es útil sin necesidad de que se le dé dinero. ¿Qué importa que el Estado deje
morir al que no puede vivir por sus defectos?. ¿Los huérfanos son los últimos
seres de la sociedad, hijos de padres viciosos, no se les debe dar más que de
comer".
Más sobre los originarios: "¿Lograremos exterminar los
indios?. Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin
poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes
mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios
piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es
providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera
perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre
civilizado".
Sobre la nación y la guerra: "Necesitamos entrar por la
fuerza en la nación; la guerra si es necesario" (1861). "Los
sublevados serán todos ahorcados, oficiales y soldados, en cualquier número que
sean" (1866). "Es necesario emplear el terror para triunfar. Debe
darse muerte a todos los prisioneros y a todos los enemigos. Todos los medios
de obrar son buenos y deben emplearse sin vacilación alguna, imitando a los
jacobinos de la época de Robespierre" (1844). "La invasión de las
Malvinas por parte de los ingleses es útil para la civilización y el
progreso"
Paraguay:
"Estamos por dudar de que exista el Paraguay. Descendientes de razas
guaraníes, indios salvajes y esclavos que obran por instinto a falta de razón.
En ellos se perpetúa la barbarie primitiva y colonial. Son unos perros
ignorantes de los cuales ya han muerto ciento cincuenta mil. Su avance,
capitaneados por descendientes degenerados de españoles, traería la detención
de todo progreso y un retroceso a la barbarie... Al frenético, idiota, bruto y
feroz borracho Solano López lo acompañan miles de animales que le obedecen y
mueren de miedo. Es providencial que un tirano haya hecho morir a todo ese
pueblo guaraní. Era preciso purgar la tierra de toda esa excrecencia humana:
raza perdida de cuyo contagio hay que librarse"
Sobre la condicion fenemenna: “Un día vendrá al fin, que lo resuelvan, y la esfinge
argentina: mitad mujer, por lo cobarde, mitad tigre, por lo sanguinario, morirá
a sus plantas…”
Eurocentrismo racista: “Dicen que somos amigos de los
europeos y traidores a la causa americana. ¡Cierto!, decimos nosotros ¡somos
traidores a la causa americana, española, absolutista, bárbara ¿No han visto
revolotear por ahí, sobre nuestras cabezas, la palabra ‘salvaje?’”.
*Se denomina chiripá al poncho colocado en forma de pañal y
prendido con alfileres ceñido con la faja y a veces el tirador o rastra, que
utilizaban los pueblos originarios ―pampas, mapuches («araucanos»), patagones―
y el gaucho hasta aproximadamente 1860 y sustituido luego por la bombacha, en
el caso del gaucho el chiripá se ponía como protección y resguardo ante el frío
por sobre los "calzones" o "leones" (pantalones gauchos de
botamanga cribada).
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