jueves, 18 de julio de 2013

Flexibilización laboral en Grecia





 El Parlamento griego aprobó hoy una nueva ley que contempla el despido masivo de 4000 funcionarios en 2013 y 11.000 más para 2014. Dicho despido es sustentado por la troika –el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea-, la cual estableció el despido como condición necesaria para un rescate financiero y la posterior continuidad de este tipo de ayudas económicas.

 Además de esto, cabe destacarse que la  ley sancionada dictamina que 25.000 empleados públicos deberán entrar este año en el esquema de movilidad laboral, la mitad de ellos antes de septiembre. Este sistema establece que esos empleados públicos cobrarán un 75 por ciento del básico de su salario durante un período de ocho meses, al final del cual se decidirá si son reubicados o despedidos de forma definitiva.

 En términos generales, el oficialismo griego sostiene enfáticamente y sistemáticamente, desde el inicio de la crisis griega, que la recesión de su economía se verá mermada con las actuales políticas. En mi opinión es un disparate tratar de mitigar la recesión con medidas de flexibilización laboral, de ajuste al gasto público, de políticas de endeudamiento orientadas a pagar las deudas contraídas pretéritamente. En otras palabras, pagar deuda con más deuda. ¿Cómo es posible que una economía que no crece, aumente con políticas que sólo fomentan , propugnan y propician medidas que contraen el desarrollo del país?

Abonando lo precedentemente mencionado, me suena irracional los postulados que se esgrimen por parte del oficialismo griego en congruencia con la ortodoxia neoliberal. Primero porque el mero hecho de despedir a distintos empleados públicos no sólo implicaría, en las cuentas del  Estado,  una cantidad menor de dinero que proporcionar al gasto público. Si no que también  tácitamente se sobreentiende que los operarios despedidos, por su condición, no  poseen, en el peor de los casos, poder adquisitivo para su subsistencia. Si estas políticas se exacerban, no se mesuran o moderan, como es en el caso de Europa, las consecuencias son previsibles. Traduciéndose  indefectiblemente, en el aumento de la tasa de desempleo, y  una contracción económica del país debido principalmente a que si cada vez se flexibilizan más operarios, la demanda de los productos tanto en los sectores privados como estatales disminuirá consistenmente, y de esta forma, propiciamos la recesión.

 Segundo, pagar una deuda externa con más deuda, es como “el cuento de la buena pipa”, particularmente para mi subjetividad, y creo que la de todos, es una desmesura, un agravió contra todo lo superfluo e innecesario,  porque esto desborda todo aquello. Trasgrede el límite de la cordura. Simplemente inconcebible alimentar intereses con los cimientos de la cosa pública. Al margen de lo dicho, las políticas de endeudamiento generalmente traen inherentemente con ellas, directa o indirectamente, condicionantes impuestos  por los organismos que otorgan los empréstitos sobre el país que los recibe. Por consiguiente, se da en el país que contrae la deuda una suerte de gobierno tutelar, de gobierno títere, un estado de desgobierno, de sustracción de la soberanía popular que fue legitimada por los comicios electorales, en el sufragio universal. En otras palabras se crean lazos de sujeción que coaccionan, disgregan, y delegan el ejercicio del poder, transferido por el electorado, por el pueblo en su condición de titular del poder, a organismos supranacionales, como el FMI, el Banco Mundial, el Club de París, etc. La usura materializada en organismos. 


Creo que las estadísticas son bastante elocuentes de ello:
 




  En cuanto a Italia, Según datos difundidos ayer por el Banco Central, el Producto Interno Bruto (PIB) no sufrirá una baja del -1 por ciento en el 2013, como había sido previsto por los organismos financieros hasta ahora, sino que la situación será peor. Se estima casi el doble, es decir -1,9 por ciento. Según el Boletín del ente financiero, se hizo necesario rever la cifra debido a algunos problemas que marcaron el ritmo de la economía en la primera mitad del año, sobre todo los escasos y lentos intercambios internacionales y los problemas en el mercado del crédito, que han retrasado la salida de la economía de la fase recesiva. 


 En 2012 el número de pobres habría llegado al 15,8 por ciento de la población, cuando en 2011 era el 13,6 por ciento. Se trata de una cifra record, la más alta desde 2005. Y entre estos pobres, dicen los expertos, hay no sólo obreros sino también empleados simples y de un cierto nivel.

En conclusión: el mundo es un quilombo. Un abrazo.




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